La imagen actual de la Virgen de las Lágrimas fue encargada al escultor carmonense Francisco Buiza, en 1968, para sustituir a la que tallara Orce, la cual se encontraba muy deteriorada. Es una imagen de candelero que presenta el rostro y las manos tallados y policromados, cuyo aspecto original era muy similar, por no decir idéntico, al de la Virgen de los Dolores de Lora del Río.

Fotografías: Juan Carlos González Partida

Representa a una mujer joven, de finas y largas cejas, con pestañas postizas y ojos de cristal que miran al frente, del que brotan cinco lágrimas también de cristal que surcan sus mejillas enrojecidas por el llanto. La nariz es fina y alargada, bajo la cual queda dibujado un hoyuelo sobre el labio superior. Tiene la boca entreabierta, lo que permite visualizar los dientes tallados y parte de la lengua, y sus labios son carnosos. El cuello es musculoso, y su barbilla redondeada. Las manos son finas, con dedos muy alargados. La policromía de la talla es anacarada, si bien su encarnadura original era de distinto color. Desde el principio la policromía de la talla no fue del gusto de la Junta de Gobierno, motivo por el cual fue sometida a varias restauraciones que permitieran modificar su policromía y alcanzar la coloración deseada.

Fotografías: José Manuel Rodríguez Angorrilla

Fotografías: Juan Alfaro Navarrete

   
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