El primero del que se tienen noticias documentales fue realizado en 1766, ejecutado en madera dorada, cuyo costo ascendió a dos mil ducados. Hasta mediados de el siglo XX, los pasos eran pequeñas andas con una canastilla, portadas por cuatro personas sobre sus hombros. En el año 1921 el antiguo paso de Jesús fue restaurado de dorado en Sevilla, al igual que el de la Virgen lo fue en 1928, desconociéndose sus autores. Finalizada la guerra civil, y tras un breve periodo en el que se procesióno con parihuelas provisionales, debido a que el anterior paso fue destruido en el incendio de la casa repisa de la Hermandad, anexa a la Iglesia del Convento, la Hermandad compro el 14 de julio de 1942 el antiguo paso del Nazareno de Marchena, realizado en madera tallada y dorada, finalmente vendido en 1991 a la Hermandad de Jesús Resucitado de San José de la Rinconada.
El paso en el que actualmente procesiona la imagen de Jesús Nazareno es obra contemporánea, realizado entre los años 1988 y 1992, bendecido el 15 de marzo de 1992. Es obra del taller de Manuel Guzmán Bejarano, ejecutado en madera de cedro y tallado en estilo barroco churrigueresco, con ángeles e imágenes en sus capillas de Rafael del Río Barbero, todo dorado por Manuel Calvo Carmona. Sus grandes dimensiones (4,40 m. de largo, 2,43 m. de ancho, 2,25 m. de altura) obligaron a modificar la disposición de las puertas de acceso a la iglesia del convento en la que tiene su actual residencia canónica. Se ilumina por cuatro grandes faroles de metal plateado realizados por Orfebrería Triana en 1992 y candelabros guardabrisas en ambos costeros, en madera tallada y dorada.
En el frontal del paso se sitúa el escudo de la villa que es portado por dos costaleros y sobre él el emblema de la Hermandad de Jesús Nazareno. Todas las esculturas son de Rafael del Río Barbero, con coronitas de metal ejecutadas por el orfebre Luis Jiménez. Sus cuatro respiraderos se adornan con los bustos de los diferentes apóstoles, cabezas de ángeles y guirnaldas de frutas y flores, todos ellos policromados. En las cuatro esquinas de la canastilla se sitúan los cuatro Evangelistas, y en las diez capillas que la circundan se alojan pequeñas esculturas policromadas que recogen la siguiente iconografía: San José, patrón de la localidad (donado por la Cooperativa Agrícola San José), Nuestra Señora de las Virtudes, patrona de la villa (donada por la Cooperativa Agrícola Nuestra Señora de las Virtudes). Santa Ana y la Virgen niña (en recuerdo de la ermita de Santa Ana, lugar donde se erigió la Cofradía), San Cristóbal, patrón de los conductores (donado por los transportistas de la localidad), Sagrado Corazón de Jesús, al cual está entronizado la localidad (donado por el Coro de su nombre), Virgen del Perpetuo Socorro, Virgen del Carmen, representativas de la gran devoción con que cuentan en la villa (donadas por personas anónimas), la Virgen de la Candelaria, titular del convento donde reside la Hermandad (financiada por un donante anónimo), Santas Justa y Rufina, patrona del gremio de los ceramistas (donadas por las diferentes cooperativas ladrilleras locales) en el que la Giralda ha sido sustituida por la torre del Convento, y por ultimo la Inmaculada Concepción (donación anónima). En cada uno de los lados de la canastilla ostentan los escudos de las Hermandades locales. Los faldones son de pana aterciopelada en color Burdeos, con broches de hilo dorado en las esquinas. El llamador, de metal sobredorado, es de talleres de Viuda de Villarreal ejecutado en 1978.
Previo a la Semana Santa del año 2013 se restaura el dorado de los respiraderos por el dorador Manuel Calvo.
Fotografía: Juan Alfaro Navarrete
Fotografías: Juan Carlos González Partida